Calibrin®-Z reduce la erosión de la molleja en pollitos de un día

La molleja es una parte importante del tracto gastrointestinal de las aves de corral. La molleja tritura el alimento, lo que permite la digestión y absorción de nutrientes en especies que carecen de dientes.

Aunque la molleja es un órgano resistente y musculoso, su revestimiento puede sufrir daños al interactuar con el alimento que llega a través del tracto gastrointestinal. Los daños en el revestimiento de la molleja pueden provocar una reducción del consumo de alimento, bajas tasas de crecimiento, una conversión alimenticia deficiente y, en casos graves, un aumento de la mortalidad, todo lo cual conduce a un rendimiento deficiente de la manada. La erosión de la molleja tiene numerosas causas y se observa ya en pollitos de un día. Los daños precoces en el revestimiento de la molleja provocan una mayor morbilidad y mortalidad en los pollitos recién nacidos y pueden atribuirse al proceso de incubación o a la dieta de la gallina.

Los daños en la molleja no son un problema nuevo en la industria. Se debatió en publicaciones de investigación en la década de 1930. Pero los daños en la molleja, y la pérdida de rendimiento que provocan, siguen siendo un problema frecuente. En 2018 se informó de que el daño en la molleja era el problema entérico más común de las manadas en Asia (Informe de campo de Elanco presentado en la11ª Conferencia Avícola de Asia Pacífico del 25 al 27 de marzo de 2018). “La erosión de la molleja puede ser un destructor oculto del rendimiento de los pollos de engorde. Aunque rara vez mata directamente a las aves, hace que dejen de comer y disminuye las tasas de crecimiento. Los datos de campo han demostrado que los piensos para gallinas que contienen micotoxinas pueden tener un impacto negativo en la progenie. La transmisión de micotoxinas a través del huevo puede producir erosiones en la molleja de los pollitos antes de que den el primer bocado al pienso”, afirma Jay Hughes, Director del Servicio Técnico Global de Amlan International.

Además de los daños en la molleja por deficiencias nutricionales señalados en las primeras investigaciones, se han encontrado otras muchas causas de erosión de la molleja (Figura 1). Entre ellos figuran la predisposición genética, factores de gestión como las interrupciones o la forma de los piensos, agentes infecciosos como el adenovirus y el Clostridium perfringens, o toxinas como la aflatoxina o la gizzerosina. Desde hace tiempo se sabe que la dieta de la gallina puede influir en los polluelos recién nacidos. Ya en 1942 se informó de ello en una investigación publicada en la revista Poultry Science. Tepper y Bird demostraron que los daños en la molleja de las gallinas de un día podían reducirse modificando su dieta.

Varias granjas avícolas reproductoras de Asia estaban experimentando erosión de la molleja en pollitos de un día (Foto 1). Los granjeros teorizaron que las toxinas de la dieta que daban a sus gallinas podían ser el problema. Se ha demostrado que Calibrin-Z, disponible en mercados internacionales selectos, fija múltiples biotoxinas, como la aflatoxina, el ácido ciclopiozónico y las toxinas producidas por clostridium perfringens, todas las cuales pueden contribuir a dañar la molleja. Por lo tanto, los productores probaron Calibrin-Z para ver si añadiéndolo a las dietas de las manadas reproductoras resolverían su problema. Varias granjas realizaron experimentos para hallar esta respuesta.

Imagen 1. Daños en mollejas de pollitos de un día antes de añadir Calibrin-Z.

 

En la granja 1, se recogieron al azar 30 pollitos recién nacidos en la incubadora. Se suministró Calibrin-Z durante un mes, a una dosis de 1 kg/tonelada métrica de pienso. Tras alimentar a las gallinas con Calibrin-Z durante un mes, se examinaron 30 gallinas de un día al nacer. La adición de Calibrin-Z a la dieta disminuyó la erosión de la molleja. Calibrin-Z se suministró durante otro mes a una tasa escalonada de 500 g/tonelada métrica de pienso. Cuando se examinaron 30 polluelos nacidos de huevos recogidos al final de ese periodo, el problema de la erosión había seguido mejorando, con cero erosiones de la molleja clasificadas como graves o moderadas (Foto 2).

Imagen 2. Mollejas de pollitos de un día de gallinas reproductoras alimentadas con Calibrin-Z durante cincuenta y un días. Las erosiones mejoraron a los 30 días y siguieron mejorando al día 51. Ninguna molleja mostró erosión moderada o grave tras 51 días de alimentación.

En un segundo experimento, se disecaron cinco pollitos de un día y los cinco presentaban una erosión severa de la molleja. Se añadió Calibrin-Z a la dieta de las gallinas a razón de 1 kg por tonelada métrica y se administró durante 30 días. Se examinaron los polluelos nacidos de los huevos recogidos en ese momento. No se observaron erosiones de la molleja en esos pollos.

Una tercera granja de reproductoras tuvo un problema similar de erosión de la molleja en pollitos de un día, pero esta granja también observó que los pollitos nacían con el hígado descolorido. Los hígados tenían una coloración amarilla, que a veces indica estrés por incubación o micotoxicosis. Se administró Calibrin-Z a razón de 1 kg/tonelada métrica durante un mes y los pollitos procedentes de huevos recogidos al final de ese período presentaban hígados de color normal y sano y no presentaban erosiones en la molleja.

En ambos experimentos, los resultados muestran que alimentar a las gallinas reproductoras con Calibrin-Z redujo significativamente la erosión de la molleja en pollitos de un día. El estado de salud de los pollitos recién nacidos puede verse afectado por la calidad de la dieta suministrada a las gallinas. Los criadores pueden ayudar a reducir la erosión de la molleja y otros signos clínicos de micotoxicosis añadiendo Calibrin-Z a sus dietas. Para obtener más información sobre Calibrin-Z e iniciar un ensayo con gallinas reproductoras, póngase en contacto con su representante local.

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