La industria avícola sufre pérdidas económicas significativas debido a la enteritis bacteriana, de manera más común, como resultado de la enteritis necrótica. El agente causal de la enteritis necrótica, la bacteria C. perfringens, produce toxinas que pueden ser 100,000 veces más tóxicas para un ave que las micotoxinas. Las micotoxinas presentes en la dieta intensifican los efectos de las toxinas bacterianas y reducen aún más el rendimiento de las aves.
Los patógenos bacterianos producen exotoxinas y las liberan en el ambiente intestinal, mientras que las endotoxinas (por ejemplo, los lipopolisacáridos, o LPS) se liberan de la pared celular de las bacterias gram negativas (como la E. coli) cuando las bacterias mueren. Las endotoxinas pueden provocar una temperatura elevada en el organismo del hospedador, necrosis tisular y, en niveles altos, la muerte. La virulencia de la C. perfringens se debe a su producción de las exotoxinas conocidas como toxina alfa y toxina NetB.
Los patógenos bacterianos presentes en el tracto gastrointestinal del ganado lechero pueden producir toxinas que dañan la barrera intestinal protectora, reducen la absorción de nutrientes y disminuyen el rendimiento de las vacas.
Los patógenos como la E. coli y la C. perfringens, agentes causantes de la enteritis bacteriana, pueden producir exotoxinas que dañan la función del intestino. Las bacterias gramnegativas muertas también pueden liberar endotoxinas en el medio ambiente. Ambos tipos de toxinas pueden causar malabsorción de nutrientes y pérdida de rendimiento en el ganado lechero.
La enteritis bacteriana es una condición común de los lechones recién destetados debido a disfunciones intestinales e inmunes causadas por el estrés del destete. Las toxinas producidas por las bacterias dañan la salud y la función intestinal, lo que reduce el rendimiento del cerdo y causa pérdidas económicas significativas para los productores.
La E. coli enterotoxigénica (ECET) y la Clostridioides difficile (anteriormente conocida como Clostridium difficile) son a menudo los agentes causantes de la enteritis bacteriana en cerdos, y ambas producen exotoxinas como parte de su paquete de virulencia. Las bacterias gramnegativas (como la ECET) también liberan endotoxinas (por ejemplo, lipopolisacáridos, LPS) de su pared celular cuando mueren. Estas exotoxinas y endotoxinas dañan el revestimiento intestinal, causando diarrea y, en niveles altos, la muerte.
La acuicultura de cultivo como aquella del camarón, la tilapia y el salmón es susceptible de experimentar las mismas pérdidas de producción relacionadas con las bacterias que los animales terrestres. Por ejemplo, las exotoxinas secretadas por la bacteria Vibrio parahaemolyticus causan el síndrome de mortalidad temprana en camarones, lo que le cuesta a la industria miles de millones de dólares anuales.
La bacteria V. parahaemolyticus puede comprometer el sistema digestivo de los camarones cuando sus toxinas proliferan en el intestino y luego entran en el hepatopáncreas para destruir este órgano vital.