
La creciente tendencia en todo el mundo de eliminar los antibióticos subterapéuticos de la alimentación animal ha hecho que el manejo de los requisitos nutricionales y de salud de los animales de producción sea aún más difícil. Los productores están buscando aditivos alimenticios naturales que optimicen la salud y el bienestar de sus hatos y parvadas, al tiempo que les permitan comercializar (con mejores márgenes de utilidad) los productos lácteos, cárnicos y de huevo resultantes como productos libres de antibióticos o medicamentos.
Las micotoxinas y las bacterias dañinas como Clostridium perfringens y Escherichia coli son una de las principales causas de pérdida económica para los productores. Los microorganismos dañinos pueden producir toxinas poderosas que dañan la función del intestino y reducen la absorción de nutrientes, efectos que empeoran por los alimentos contaminados con micotoxinas. Un ambiente intestinal saludable y un sistema inmunológico intestinal con una buena capacidad de respuesta ayudan a proteger a los animales de las micotoxinas y toxinas producidas por bacterias.
Los animales sanos y productivos necesitan un sistema inmunológico competente, y esto incluye el sistema inmunitario intestinal. Las vellosidades y el tejido linfoide asociado al intestino (GALT) son el hogar de una gran cantidad de células inmunes que junto con las células epiteliales intestinales, son la primera línea de protección contra los patógenos y toxinas que causan enfermedades.